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Museotik Historias

Los desastres de la guerra

Tras el golpe de Estado contra el gobierno de la II República se inició una guerra civil que duró tres años. En el norte, Navarra y Álava quedaron bajo el dominio de las tropas franquistas, mientras que Gipuzkoa y Bizkaia siguieron fieles al gobierno republicano.

Las tropas avanzaron desde Navarra hacia Gipuzkoa por el valle del Bidasoa con objeto de tomar los puestos fronterizos como Irún. En el mes de septiembre llegaron a Elgoibar y a las cimas de Karate, Arrate, Kalamua y Akondia en cuya ladera se establece la defensa republicana. Durante siete meses el frente quedó detenido en el valle del Deba a las puertas de Eibar y Elgeta, si bien se produjeron constantes enfrentamientos entre ambos bandos y se castigó a la población civil por parte de la aviación alemana e italiana. En esos meses en los que el frente se había estabilizado (también los de Orozko, Legutio y Ondarroa), se produjo el 7 de octubre en Gernika el nombramiento del primer Lehendakari, José Antonio Agirre, por los alcaldes de los municipios vascos no ocupados ante la imposibilidad de la celebración de elecciones a causa de la guerra.

En la primavera de 1937 y ante la imposibilidad de tomar Madrid, los golpistas activan el Frente Norte para finalizar la toma de la cornisa cantábrica. La mañana del 31 de marzo de 1937 la aviación italiana desató un infierno sobre Durango lanzando toneladas de explosivos sobre la población. El primero de los ataques se centró en las iglesias y el mercado, donde se concentraba la mayoría de la población civil. El segundo se produjo por la tarde cuando los vecinos, creyendo que la aviación italiana se había retirado, salieron de sus refugios para rescatar de entre los escombros a muertos y heridos y fueron ametrallados por los vuelos rasantes de los aviones italianos ayudados por aviones alemanes de la Legión Cóndor. Los días 2 y 4 de abril se vuelven a realizar bombardeos sobre Durango.

El 21 de abril las tropas fascistas suben por Aramaiona y Otxandiano rompiendo el frente. El día anterior había caído Elgeta. El 24 de abril las autoridades declararon la evacuación de Eibar ante los bombardeos que venía sufriendo, pero el día 25 la aviación italiana terminó de destrozar la ciudad armera. Al día siguiente se bombardeó Gernika.

Los bombardeos que años después asolaron Europa durante del Tercer Reich se ensayaron en Durango y fueron la antesala de lo que días después sucedería en Gernika.

El 26 de abril de 1937 era lunes, y los lunes era día de mercado en Gernika, así que a la localidad acudieron habitantes de los pueblos vecinos para abastecerse de alimentos y comerciar con los que producían. La batalla de Bilbao estaba en pleno apogeo y la villa de Gernika fue sometida a un feroz ataque aéreo con bombas explosivas, incendiarias y ráfagas de ametralladoras lanzadas contra la población civil desde los aviones de la Legión Cóndor. El municipio se convirtió en la primera localidad europea arrasada metódicamente, táctica que se repetiría durante la II Guerra Mundial en otras poblaciones.

Para algunos historiadores, la ciudad fue elegida por su emplazamiento estratégico; para otros por carecer de defensa antiaérea y reunir las condiciones para que los aviones alemanes ensayaran los bombardeos sobre poblaciones civiles. O quizás por el valor simbólico representante de las libertades de los vascos.

Aurelio Arteta recibe un encargo en 1937 del Gobierno Vasco en el exilio para que realizara una obra que retratase la crueldad de la guerra y las terribles consecuencias sobre la población civil. Arteta desarrolló en El Tríptico de la Guerra una composición monumental que pudo tener su origen en el bombardeo de Gernika. El lienzo de la izquierda (El frente) muestra un hombre joven portando un fusil rodeado de sus compañeros abatidos, que observa impotente los aviones de guerra que sobrevuelan la zona. La pintura central carece de referencias directas a la guerra pero representa la despedida en un puerto de los jóvenes que parten hacia el frente en unas lanchas. Y el panel derecho (La retaguardia) muestra la destrucción ocasionada por los bombardeos por medio de los cadáveres de una mujer y su hijo. La obra fue propuesta para ser exhibida en el pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937 en sustitución de El Guernica de Picasso.

Agustín Ibarrola creó a mediados de los 60 multitud de grabados en madera inspiradas en motivos de El Guernica de Picasso con los que reinterpreta las iconografías características de esta obra. A lo largo de su vida ha manifestado su admiración por esta pintura icono del siglo XX, símbolo de la destrucción de la ciudad vizcaína durante la Guerra Civil y ha expresado su deseo de que se expusiera en Gernika.

En 1977 realizó una monumental pintura compuesta por diez lienzos pintados al óleo que rinden homenaje a la pintura de Picasso junto a elementos propios del universo creativo de Ibarrola que simbolizan su denuncia del clima de opresión de la dictadura y su reivindicación de las libertades. El gran mural permaneció en el estudio del artista en Kortezubi y fue adquirido por el Museo de Bellas Artes de Bilbao en 2021.

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