Museotik Historias
DEL RECOGIMIENTO A LA DIVERSION
Hace unas décadas, lo habitual en esta época era que las familias, mayoritariamente católicas, recordaran la muerte y resurrección de Jesucristo
Las raíces de la Semana Santa se remontan a la Edad Media, cuando se establecieron las primeras cofradías y hermandades en las ciudades más importantes. Estas tenían como objetivo principal llevar a cabo las celebraciones religiosas y la representación de la pasión de Cristo durante la Semana Santa. Con el tiempo, estas celebraciones se fueron consolidando adquiriendo un carácter cada vez más festivo y popular, convirtiéndose en una de las principales expresiones de la cultura y la tradición.

Coecke, Pieter. Círculo de. Hacia 1530
Tríptico del Llanto sobre Cristo Muerto, Caída camino al Calvario y ResurrecciónCon todo, en el imaginario de la cultura occidental está la figura de Jesús en la cruz. Uno de los cuadros más famosos que se conservan en los museos vascos es este Cristo Crucificado de José de Ribera.
La pintura dispone a Cristo con cuatro clavos y los pies cruzados, peculiaridad iconográfica que da lugar a un contraposto que dota de movimiento a un cuerpo prisionero pero aún vivo.
A mediados del siglo XX todavía se vivían en Semana Santa días de recogimiento, casi desconocidos para las generaciones más jóvenes: se cerraban discotecas y teatros; en los cines y la televisión sólo se emitían películas de "romanos" y sobre la vida Jesucristo, y en las radios solo se escuchaba música religiosa. Las ceremonias, penitencias y ayunos eran lo habitual
La práctica del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma se originó en los primeros siglos del cristianismo. Durante ese tiempo, los devotos creían que era una forma de prepararse para la celebración de la pascua y de renovar su fe. El ayuno consistía en tomar a lo largo de la Cuaresma una sola comida principal al día; la abstinencia marcaba la prohibición de comer carne el miércoles de ceniza y los viernes durante la Cuaresma. Esta tradición ha ido evolucionando. Por ejemplo, la Iglesia Católica admitió el consumo del chocolate sin violar el ayuno y a comienzos del siglo XVII el Papa Paulo V se hizo servir una taza diciendo "esto no infringe el ayuno".
El origen de las procesiones de Semana Santa se sitúa en la Edad Media, cuando en las iglesias y en los pórticos se realizaban los autos de la Pasión de Cristo. Se trataban de escenificaciones que formaban parte de oficios litúrgicos. En el siglo XVIII, el rey Carlos III prohibió la figura de los "disciplinantes", quedando reducidas a procesiones en las que los cofrades alumbraban con los cirios a las imágenes portadas por otros miembros de las cofradías y acompañadas por los cantos del clero.
¿Y sabéis a quién debemos la grandeza de las procesiones de Viernes Santo? A José I Bonaparte.
Los franceses quisieron hacer desaparecer todas las procesiones de la Semana Santa, pero, según cuentan, la resistencia de las cofradías y de los ciudadanos fue tal que al final tuvieron que aceptar una de ellas, la del Viernes Santo. Todas las cofradías y todos los pasos salían ese día.
Hoy, en cambio, nos reservamos las vacaciones para descansar en la playa, andar por la montaña o pasear por las ciudades. Siendo creyente o no creyente, practicante o no practicante, está claro que, hoy en día, la Semana Santa sugiere un nuevo concepto de disfrute y descanso.
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